viernes, 29 de enero de 2010

Elmer McCurdy, el cadáver vagabundo


En vida, Elmer McCurdy no fue alguien especial. No tenía nada único ni extraordinario. Fue sólo después de su fallecimiento que Elmer adquirió cierta notoriedad, cuando su cuerpo se volvió famoso y motivo de varias leyendas urbanas.

Elmer nació en Maine, en 1880. Se mudó al medio oeste cuando era joven y vagó un tiempo antes de enlistarse en la armada en 1910. Aún entonces, Elmer no tuvo grandes méritos excepto por su afición a las demoliciones con nitroglicerina y por una bien ganada reputación de ser inepto y descuidado con la peligrosa sustancia.

Tras su estancia en la milicia, Elmer intentó usar sus conocimientos en demoliciones volando las vías de los trenes para robar a los pasajeros.

El primer robo de McCurdy sucedió más o menos de acuerdo a lo planeado. Mientras intentaba abrir la caja fuerte de la compañía Pacific Express, Elmer usó demasiada nitroglicerina. Consiguió no solamente abrir la puerta de la caja fuerte sino volar parte del vagón y fundir cerca de 4,000 dólares en monedas de plata. McCurdy y sus secuaces intentaron desprender la plata de las paredes y el suelo del tren, pero se vieron forzados a huir tras recaudar sólo 450 dólares.

Después de esta espectacular metida de pata, los compañeros de McCurdy se deshicieron de él. Determinado, McCurdy pronto encontró nuevos compañeros de fechorías y el 7 de octubre de 1911 lograron detener otro tren exitosamente. Desafortunadamente para McCurdy, la policía los acorraló y tras una hora de tiroteos al estilo del viejo oeste, Elmer McCurdy murió de un disparo.

Como nadie reclamó el cuerpo, el dueño de la funeraria de Pawhuska, Oklahoma decidió exhibir el cuerpo. El embalsamador embalsamó el cuerpo con tanto arsénico que terminó momificando a Elmer.

Durante los siguientes cinco años, Elmer McCurdy fue exhibido en la vitrina principal de la funeraria.

En 1916 la historia de McCurdy tomó un giro extraordinario y su cuerpo fue reclamado por un administrador de una empresa de espectáculos quien se hizo pasar por un familiar de McCurdy y ofreció darle sepultura. En lugar de ello, Elmer fue exhibido como “El Forajido de Oklahoma”.

A partir de entonces, Elmer McCurdy comenzó una odisea de 60 años en la cual fue exhibido de espectáculo en espectáculo y de carnaval en carnaval. Su cuerpo fue asegurado por una buena suma y sirvió incluso para elaborar carteles cinematográficos como el de la película de 1933 llamada “Narcotic”. En los años 30s y 40s, McCurdy fue exhibido en un lugar llamado “El Museo del Crimen”. Para los 60s, se habían olvidado casi todos los detalles de su verdadera historia y el cuerpo de McCurdy fue vendido a un museo de cera en 1971.

En diciembre de 1976, la serie televisiva “The Six Million Dollar Man” (El Hombre Biónico) grabó un episodio titulado “Carnaval de Espías”. El rodaje fue llevado a cabo en un parque de diversiones donde un miembro del equipo de filmación dañó lo que parecía ser un maniquí de cera anaranjado. Al desprenderse el brazo, brotó un hueso humano y las autoridades tomaron parte en el asunto.

Cuando el forense Thomas Noguchi abrió la boca de la momia en busca de otras pistas, le sorprendió encontrar una moneda de 1924 y un boleto de entrada para “El Museo del Crimen” en Los Ángeles. Ese boleto y algunos viejos periódicos ayudaron a la policía y a los investigadores a identificar el cuerpo de Elmer McCurdy.

Como era de esperarse, esto atrajo la atención de la prensa y en Abril de 1977 Elmer McCurdy por fin encontró reposo en el Cementerio Summit View en Guthrie, Oklahoma. Para asegurarse de que el nuevamente famoso cuerpo no hiciera su regreso al mundo del entretenimiento, el forense local ordenó que se vertieran dos yardas cúbicas de cemento sobre el ataúd antes de que la tumba fuera cerrada.

Y desde entonces, Elmer descansa en paz.

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